WeWork ha sido durante los últimos años la inspiración de lo que parecía el futuro del espacio de trabajo. Con las recientes noticias sobre su bancarrota, han salido muchas publicaciones y artículos de opinión, y algunos casi hasta deleitándose de la situación.
Se ha hecho incluso una serie al respecto. En AppleTV encontramos la miniserie WeCrashed, que tiene como sinopsis “el ascenso lleno de codicia y la caída inevitable de WeWork, una de las nuevas empresas más valiosas del mundo, y los narcisistas cuyo amor caótico lo hizo todo posible.”
¿Qué está pasando? ¿Por qué parece que algunos disfrutan viendo la catástrofe? Os damos a continuación los principales datos y conclusiones del ascenso, el hype y razones del hundimiento de WeWork.
Fuente: Apple+ press
El inicio y ascenso de WeWork
En 2010, Adam Neumann y Miguel McKelvey tuvieron la idea de arrendar, en lugar de comprar, espacio de oficinas y alquilar escritorios a corto plazo a autónomos, pequeñas empresas y grandes corporaciones. WeWork abrió su primera oficina de este tipo en Manhattan y se expandió a ubicaciones como San Francisco, Los Ángeles, Seattle, Tel Aviv y Londres.
Neumann tuvo tanto éxito que llegó a ser uno de los mayores arrendadores de oficinas en Nueva York, Londres y en más de 20 ciudades por todo el mundo. La clave del éxito, envolver su producto inmobiliario bajo un aura de modernidad y tecnología asociada a emprendedores. De ahí que los inversores se interesaran rápidamente por la que iba a ser la próxima Google, Uber o Airbnb.
WeWork encabezó una tendencia entre los millennials. «Los trabajadores tecleaban en sus portátiles en espacios de trabajo de planta abierta o se metían en salas de conferencias acristaladas para celebrar reuniones», escribió el Times. «Eran lugares para que la gente charlara y compartiera ideas, todo ello mientras sorbían cerveza fría y kombucha de barril».
WeWork se volvió mainstream
Aunque todo parecía perfecto, pronto los inversores comenzaron a tener dudas sobre si la empresa realmente valía los 47.000 millones de dólares que se le estimaban y se sembró la desconfianza alrededor de la capacidad de liderazgo de Neumann.
Fuente: Business Insider
El lado bueno
Le guste a todo el mundo o no, el modelo de WeWork fue pionero y estableció las bases de lo que ahora es un excelente espacio de trabajo, gracias a:
- La democratización de los centros urbanos de negocios: El crecimiento del sector de espacios de trabajo flexibles ha significado que las ubicaciones más céntricas y atractivas de las ciudades más grandes del mundo sean ahora asequibles para que cualquiera pueda establecer su negocio.
- Su hospitalidad: Una vez más, ahora lo damos por sentado, pero todo el sector de espacios de trabajo flexibles ha cambiado drásticamente en los últimos 10 años y ahora se enorgullece de su hospitalidad y de un servicio espectacular.
- Optimización de la experiencia de usuario: Desde el ingreso con tarjetas, la reserva de salas de reuniones, las aplicaciones móviles para empleados, los pagos y contrataciones en línea, etc., casi nada de esto existía como estándar antes de que WeWork estableciera la base. WeWork fue pionero en la mayor parte de la tecnología y estableció una alta expectativa básica de experiencia en edificios.
Además, muchos de los sitios de WeWork son realmente rentables y sobrevivirán (y prosperarán) más allá de este proceso.
Fuente: WeWork
¿Qué es lo que ha fallado?
Con una gran idea y buena financiación, parecía que el futuro de WeWork iba a ser brillante. Te damos unas pinceladas de algunos de los problemas que han llevado a la empresa a la bancarrota:
- Crecimiento arriesgado: WeWork asumió arrendamientos de espacios de oficinas en ubicaciones privilegiadas y costosas y los subdividió en espacios más pequeños. Se comenta que el endeudamiento comenzó a ser excesivo y poco meditado.
- Liderazgo dudoso: Se le atribuyen a Neumann reprochables prácticas, como contratar a familiares en puestos importantes sin experiencia y comprar y alquilar edificios a su propia empresa. O cobrando a su propia startup por usar el nombre comercial de WeWork, que él mismo registró, por una cantidad de casi 6 millones de dólares.
- COVID-19 y el “work from home”: La pandemia cambió la forma de pensar de las empresas y muchas redujeron el tamaño de sus oficinas. WeWork no se libró de esta tendencia y no olvida que todavía está estancada en sus costosos arrendamientos a largo plazo.
Tras 9 años como CEO y cofundador, Adam Neumann abandonó WeWork. El motivo es que, ante la inminente salida a bolsa, la información facilitada a los inversores muestra que no todo era tan atractivo ni viable económicamente.
Fuente: WeWork
Es evidente que WeWork cometió muchos errores: Sí, se extendieron demasiado. Sí, aceptaron demasiados arrendamientos en lo más alto del mercado. Sí, Adam Neumann tuvo su momento Ícaro. Sí, se emplearon tácticas desagradables contra los competidores. Todo esto es cierto. Pero también es verdad que se ha instalado el modelo de WeWork como estándar en los espacios de trabajo que ahora conocemos, y que muchas de las grandes empresas adopten un modelo mucho más centrado en el empleado y no en los beneficios de la empresa.